- A ver ¿estamos todos?
- Sí, Janice.
- Me llamo Mike.
- Perdona, Mike. Sí estamos todos.
- Venga, pues repasemos. El repertorio es básicamente el de siempre, lo único es que he adelantado la parte de las versiones, y he eliminado la de Dylan.
- A mí me gusta Dylan.
- A todos nos gusta Dylan, es solo que son doce minutos seguidos y la gente se pone un poco de bajona. Gilbert dice que hay desbandada al baño en lo de Dylan.
- Quizá si hiciéramos la de “All Along the watchtower”, con el tempo un poco subido…
- Ya hablamos de eso. No voy a tocar esa. No entiendo la letra. No se quienes son el bromista ni el ladrón, y no voy a cantar una canción que no entienda.
- Y el “Aguanbabulubabalambambú”?
- ¿Otra vez con eso? Escuchad, tengo una idea para hacer en medio del concierto. No creo que se pueda hacer siempre, pero podemos probar esta noche si os parece: Cuando terminemos la de “Ella era mía, mía, tuya, mía”, Duncan se mantendrá con el bombo, ahí un poco machacón. La gente notará que algo pasa. En ese momento me voy yo para adelante y les digo: ¡Buenas noches, Stratford-upon-Avon!
- Glastonbury, esta noche es Glastonbury.
- Bueno eso, “Buenas noches Glastonbury”. Les saludo haciendo la abstracción de que la ciudad entera es un solo individuo, les implico, les hago partícipes del concierto, y mientras el bombo continúa de fondo, con el ritmo cansino. Si queremos podemos inducirles además a que lo secunden con las palmas, y luego tú un poco adlib, pues ya le vas metiendo la caja y eso otro que tocas... ¿el chaston se llama?
- Así se llama, sí, aunque yo le llamo Charles.
- Bueno, que parezca que sabes lo que estás haciendo.
- Sí, supongo que podré hacerlo, ¿y después?
- Pues después había pensado en presentar al grupo.
- ¿Presentarnos? ¿Cómo presentarnos?
- Pues explicándole al público quiénes sois y lo que hacéis, pero de buen rollo, de uno en uno, ensalzando vuestras virtudes.
- Qué corte, ¿no? Y ¿qué hacemos? ¿Saludamos?
- No, ahí viene lo mejor. Con el único acompañamiento del bombo machacón (y de las palmas, quizá) os ponéis a improvisar en plan virtuosismo extremo.
- ¿Estaríamos hablando de semifusas?
- Ahí lo que cada uno pueda, cada uno con sus limitaciones.
- ¿Y lo mismo con todos los de la banda? ¿No se cansará la gente?
- No creo. He pensado que podemos acabar con el solo de batería, que ya será el despiporre. De esta forma acabamos en subida otra vez, y podemos encadenar el redoble final con otra canción. La del elefante borracho estaría bién.
- ¿Y la voz?
- Bueno, había pensado en cantar alguna cosa y que el público lo repita. Pero muy sencillo, en plan pirorero, pirorero. Y alargarlo, y entrecortarlo, y cantarlo en varios tonos. Ya sabéis, para que la gente se envalentone. ¿Eh? ¿Qué os parece?
- No sé, será cuestión de probar a ver.
- Pues ya que estáis con propuestas, a mí se me ha ocurrido una que he dado en llamar “Cortamos el concierto de forma brusca y nos vamos corriendo para volver minutos después a petición de la masa enfervorecida para cantar tres o cuatro canciones finales que parezcan improvisadas”, aunque no se si serán demasiadas innovaciones para un solo concierto.
- Encima conociendo cómo se las gastan los de Glastonbury
- Si por lo menos fueran los de Stratford-upon-Avon…
- Sí, Janice.
- Me llamo Mike.
- Perdona, Mike. Sí estamos todos.
- Venga, pues repasemos. El repertorio es básicamente el de siempre, lo único es que he adelantado la parte de las versiones, y he eliminado la de Dylan.
- A mí me gusta Dylan.
- A todos nos gusta Dylan, es solo que son doce minutos seguidos y la gente se pone un poco de bajona. Gilbert dice que hay desbandada al baño en lo de Dylan.
- Quizá si hiciéramos la de “All Along the watchtower”, con el tempo un poco subido…
- Ya hablamos de eso. No voy a tocar esa. No entiendo la letra. No se quienes son el bromista ni el ladrón, y no voy a cantar una canción que no entienda.
- Y el “Aguanbabulubabalambambú”?
- ¿Otra vez con eso? Escuchad, tengo una idea para hacer en medio del concierto. No creo que se pueda hacer siempre, pero podemos probar esta noche si os parece: Cuando terminemos la de “Ella era mía, mía, tuya, mía”, Duncan se mantendrá con el bombo, ahí un poco machacón. La gente notará que algo pasa. En ese momento me voy yo para adelante y les digo: ¡Buenas noches, Stratford-upon-Avon!
- Glastonbury, esta noche es Glastonbury.
- Bueno eso, “Buenas noches Glastonbury”. Les saludo haciendo la abstracción de que la ciudad entera es un solo individuo, les implico, les hago partícipes del concierto, y mientras el bombo continúa de fondo, con el ritmo cansino. Si queremos podemos inducirles además a que lo secunden con las palmas, y luego tú un poco adlib, pues ya le vas metiendo la caja y eso otro que tocas... ¿el chaston se llama?
- Así se llama, sí, aunque yo le llamo Charles.
- Bueno, que parezca que sabes lo que estás haciendo.
- Sí, supongo que podré hacerlo, ¿y después?
- Pues después había pensado en presentar al grupo.
- ¿Presentarnos? ¿Cómo presentarnos?
- Pues explicándole al público quiénes sois y lo que hacéis, pero de buen rollo, de uno en uno, ensalzando vuestras virtudes.
- Qué corte, ¿no? Y ¿qué hacemos? ¿Saludamos?
- No, ahí viene lo mejor. Con el único acompañamiento del bombo machacón (y de las palmas, quizá) os ponéis a improvisar en plan virtuosismo extremo.
- ¿Estaríamos hablando de semifusas?
- Ahí lo que cada uno pueda, cada uno con sus limitaciones.
- ¿Y lo mismo con todos los de la banda? ¿No se cansará la gente?
- No creo. He pensado que podemos acabar con el solo de batería, que ya será el despiporre. De esta forma acabamos en subida otra vez, y podemos encadenar el redoble final con otra canción. La del elefante borracho estaría bién.
- ¿Y la voz?
- Bueno, había pensado en cantar alguna cosa y que el público lo repita. Pero muy sencillo, en plan pirorero, pirorero. Y alargarlo, y entrecortarlo, y cantarlo en varios tonos. Ya sabéis, para que la gente se envalentone. ¿Eh? ¿Qué os parece?
- No sé, será cuestión de probar a ver.
- Pues ya que estáis con propuestas, a mí se me ha ocurrido una que he dado en llamar “Cortamos el concierto de forma brusca y nos vamos corriendo para volver minutos después a petición de la masa enfervorecida para cantar tres o cuatro canciones finales que parezcan improvisadas”, aunque no se si serán demasiadas innovaciones para un solo concierto.
- Encima conociendo cómo se las gastan los de Glastonbury
- Si por lo menos fueran los de Stratford-upon-Avon…