Hoy, en nuestra sección "Yo pensé que la canción era así" seremos testigos de lo que ocurre cuando se escuchan las cosas con las orejas de un joven preadolescente y de como el ínclito Jose María Cano tuvo mucha culpa de la aberrante interpretación que de su megahit "Mujer contra mujer" hizo el ya mencionado prepuber.
Pues bien, para los no iniciados diré que los hermanos Cano, (el repeinado del bajo y el que hacía que tocaba dos pianos a la vez en Mecano), compositores de todas las canciones que despúes interpretaba Ana Torroja, tenían la graciosísima costumbre de componer todas las canciones como si las fuese a cantar un tío. Por supuesto la única cantante del grupo fue siempre ella, así que evidentemente ellos lo hacían aposta. Siempre he pensado que era una broma pesadísima que les hacía gracia solo a ellos dos. Ana Torroja tenía un aspecto andrógino, pero de ahí a tener que cantar "y aunque me da miedo el avión, soy un HOMBRE de acción y por eso..."
Bueno, pues como decía en la introducción, en parte debido a este juego privado que se traían, y en parte debido a mi propia estupidez, hice una interpretación bastante particular de la canción "Mujer contra Mujer".
Para los que no la hayáis oído, la canción reflexiona sobre el lesbianismo. El protagonista de la canción se da de bruces con dos chicas besándose, y mediante unas confusísimas metáforas: "¿quién detiene palomas al vuelo, volando a ras de suelo, mujer contra mujer?", se plantea la situación como un problema y concluye que cada uno haga lo que quiera con su vida (más o menos). Pues bien, debido al tema este del protagonista de la canción (universalmente el que la canta) llegamos al párrafo que desató la polémica: "Si no gusto, ya se lo que hay que hacer", que en la canción ahora veo que quería decir que cuando el protagonista se encuentra la tostada, se da cuenta que lo mejor que puede hacer es dar media vuelta e irse sin juzgar a las que se besan (labio a labio decía la Torroja). Pues bien, yo entendí que Ana (pondré lo de Torroja elíptico, que ya estoy repitiendo mucho lo de Torroja), al ver a las dos chicas besándose se daba cuenta de que no tenía por qué preocuparse en la vida: Si no gustaba a los chicos, siempre podría enrollarse con una chica. Eso (en mi cabeza preadolescente) debía ser muchísimo más fácil, claro. Pues eso.